Silvestre Hernandez Silvestre Hernandez

 

 

corso

Resumen:

(Comedia realista con tientes dramáticos y una trama intrigante de principio a fin)

Escenarios naturales de una costa en pleno verano, entre el bullicio de turistas y ligones de playa, en contraste con la vida tradicional de muchos de sus habitantes, en especial los pescadores.

Salvo las chicas, a Sebas todo parece salirle mal: la empresa en la que trabajaba ha descubierto que fingía una baja y lo acaba de despedir; un par de tipejos trajeados le siguen a todas partes, le roban el poco dinero que posee e incluso le amenazan de muerte; los directores de los hoteles lo tienen como persona “non grata” debido a su continuo ir y venir con turistas extranjeras; los ligones habituales de la costa lo envidian hasta tal punto que le provocan más de un sobresalto... Sólo las chicas, sólo ellas parecen complacerse con su presencia, especialmente Monique, una mujer casada con un peligroso traficante de armas y drogas, que se ha encaprichado de él. Sin embargo, de manera sorprendente, la historia de mala suerte que parece cebarse sobre Sebas da un vuelco inesperado a partir del momento en que sale a la luz la verdadera identidad  de Canijo, una oscura sombra con la que coincidía hasta ahora de manera aparentemente casual, que va a concederle la patente de corso*, por medio de la cual obtiene sustanciosas cantidades de dinero.

 

anochece

Sinopsis:

Se inicia la filmación en una playa.
Mientras aparecen los créditos de la película, Sebas se encuentra en una discoteca en plena efervescencia. Aunque todavía no descubrimos su rostro, seguimos su silueta y su gorra característica  acercándose a dos chicas del local.

Segundos más tarde Sebas y las dos chicas se encuentran tumbados en la playa.

Finalizan los créditos y súbitamente nos inunda la luz del amanecer. Unos chicuelos corretean por la playa y algunos granos de arena caen sobre la gorra de Sebas. Éste la agarra con mano cansina, se la coloca y abandona la playa en dirección al Paseo Marítimo. Salta la valla que protege las vías del tren y se dispone a cruzar la carretera. Un coche frena bruscamente frente a él obligándolo a detenerse. Monique le piropea. Vemos el rostro de Sebas por primera vez quien, en actitud impasible, prosigue su marcha.

Una vez en el paseo, se cruza con la estrafalaria pareja de Chico y Luenga. Chico le saluda emocionado y le presenta a su novia, pero Sebas parece no reconocerlo. Cuando Chico hace referencia a una supuesta coincidencia anterior durante unas pruebas para ser astronautas, Sebas se muestra confundido. Se despiden.

Poco más atrás le siguen dos tipejos trajeados (luego descubriremos que son de la policía secreta en prácticas) que no tardan en abordarlo y empujarlo detrás de un kiosco de helados. Lo amenazan y le obligan a darles el poco dinero que le queda: por lo visto quieren cobrarse el gasto que tuvieron la noche anterior cuando invitaron a las dos chicas que terminaron por irse con Sebas.

Sebas se dirige al bar “La Ponderosa”, donde desayuna habitualmente. Charla amistosamente con Joss, el dueño, y éste decide darle un buen desayuno a pesar de que intuye que su amigo, a quien admira por su osada forma de vida, está sin blanca. Sebas telefonea a la empresa en que trabaja para confirmar que sigue de baja y pedir un adelanto de su nómina. El jefe le comunica que le han puesto un detective privado y que estan al corriente de  sus andanzas, de modo que está despedido. Sebas protesta, pero su jefe termina colgándole el teléfono.

A media tarde, cuando está durmiendo a pierna suelta en su habitación de una destartalada pensión, un matrimonio aporrea la puerta y le despierta para quejarse de que ande desnudo por la habitación, ya que su hijita, que va a casarse en breve, lo ve desde el edificio de enfrente (la niña tiene 32 añitos).

Por la noche, en un tugurio de mala muerte, varios jóvenes incordian a las chicas (les levantan las faldas, tratan de besarlas...). Sebas se queja del mal ambiente de fin de semana al camarero, Jordi, y sale asqueado del local. Detrás de él, huyendo de los acosos, salen Karen y Gudrum. Le piden a Sebas que las lleve a otro local más tranquilo. A cambio se ofrecen a pagarle las consumiciones. Sebas titubea, pero no tiene un duro, así que al fin acepta la proposición.  Canijo, un personaje que será muy importante en la historia,  chupado y cojo de una pierna, sale del tugurio y camina calle abajo, aparentemente sin prestar atención a Sebas y sus nuevas amigas.

Extrañamente, la pareja estrafalaria de Chico y Luenga, también están en la calle y le saludan al cruzarse con él.

De camino a un bar musical, “El Duende”, Gudrum reconoce que ya había oído hablar de las andanzas de Sebas, también conocido por “el Pirata”, por codiciar como botín a cuantas mujeres se cruzan en su camino. A pesar de ello, Gudrum parece admirarlo. Poco antes de despedirse, Gudrum le ofrece dinero, pero Sebas lo rechaza. Al despedirse, Gudrum le propone trabajar en el hotel donde ella ejerce de guía turística, pero a Sebas parece no gustarle la idea. La chica lo besa en los labios y aprovecha para dejarle dinero en el bolsillo del pantalón.
Aparecen en el local Chico, Luenga y Canijo.

Sebas deambula por la calle y pasa cerca del jardín de un hotel cuando llega un autocar lleno de turistas. Detrás se encuentra un todoterreno negro. Sebas observa un extraño trasiego de maletas del autocar hacia el todoterreno: Mientras el conductor, Albino, sale del 4x4 para vigilar, un mozo del hotel y uno de los turistas recién llegados se encargan de traspasar las maletas de un vehículo a otro. Al pasar cerca del Albino, Sebas descubre el revólver que aquel lleva oculto bajo su chaqueta blanca. Albino lo sigue con la mirada. Sebas cambia de acera, pero se topa de bruces con el coche descapotable que conducía Monique. Su conductor, Philipe, marido de Monique, le hace un gesto a Albino para que se tranquilice. Sebas continúa caminando y pocos metros después descubre un nuevo vehículo: desde su interior, uno de los secretas que lo amenazó en la playa lo saluda cínicamente. Gira la esquina y casi tropieza con Canijo.

Por la mañana, frente al hotel en que trabaja Gudrum, Sebas y la guía turística se están besando. Los dos secretas se acercan y los separan. Mientras uno obliga a la chica a entrar en el hotel, el otro amenaza a Sebas de nuevo y le exige discreción. Suena el claxon del vehículo de Philipe y los dos secretas se apresuran a regresar a su automóvil. Llega un nuevo autocar y se repite una escena similar a la noche anterior con el consiguiente trasiego de maletas hacia el todoterreno  negro.

Sebas entra en el hotel para aceptar el trabajo que le ofreció Gudrum y sale para ayudar a descargar el autocar situado en la entrada. Al ir a coger una bolsa de viaje es recriminado por otro mozo del hotel. Discuten. Sale el director que, sorprendido por la presencia de Sebas en su hotel, se apresura a despedirlo y a recordarle que tiene prohibida la entrada en todos sus establecimientos.

El trabajo apenas le ha durado unos minutos. Sebas parece descorazonado. Comprueba el dinero que le queda en el bolsillo y hace una mueca de desaliento. Monique y su hijo pasan cerca de él, pero la presencia de su marido le impide contactar con Sebas. Segundos más tarde, el hijo de Monique le alcanza y le entrega una nota de parte de su madre. Es una cita. Monique lo observa desde la esquina. Sebas rompe la nota y la echa dentro de una papelera.

Por la noche Sebas camina por la playa. Está apesadumbrado. De pronto, su amigo Tonet le echa la mano al cuello. Charlan brevemente acerca de los problemas que suponen para las novias de los chicos más jóvenes la profusión de turistas que colman los pueblos costeros durante el verano. Tonet termina brindándole su ayuda y ofreciéndole un puesto en su barca, pero Sebas se siente incapaz de convertirse en pescador como su amigo y lo descarta.

Más tarde, en la discoteca, mientras Sebas baila con Gudrum, y Monique lo hace con Philipe, ésta lo acosa en varias ocasiones a espaldas de su marido.

La trama se va complicando cada vez más: los secretas obligaran a Sebas, a Gudrum y su amiga Karen a entrar en otra discoteca, a punta de pistola. Allí se descubre la verdadera personalidad de Canijo, cuando éste, tras ayudarle a deshacerse de los dos agentes secretos corruptos, se descubre como abogado y agente de información de la policía nacional.

Poco a poco, Canijo y Sebas, traban una curiosa amistad y, en una noche de copas, el agente acaba contándole al Pirata el drama que se esconde detrás de su cojera.
Sebas tampoco está bien visto por un grupo de ligoncillos de playa, quienes poseen sus propias reglas. Envidian su éxito y lo acusan de intruso, de manera que uno de sus integrantes intenta agredirle con una navaja.

Poco a poco Sebas acaba cediendo a los acosos de la mujer del mafioso Philipe y, sin comerlo ni guisarlo, se ve envuelto en una trama delictiva de gran envergadura.

Animado por su amigo Canijo, Sebas decide colaborar con la policía nacional para desenmascarar y atrapar a la banda de traficantes de drogas y de armas que dirige el marido de Monique.

Y por fin desentrañamos qué pintan en todo esto la estrafalaria pareja de Chico y Luenga.

 

velero

 

GUIÓN

PATENTE DE CORSO

 

COMIENZAN LOS CRÉDITOS DE LA PELÍCULA

InT. discoteca - nocHE

La pista está a rebosar de gente. Luces chispeantes, música tecno y flases de imágenes: pista, alcohol, trapicheo de droga, parejas. Imágenes breves de SEBAS, de espaldas (sólo destaca su gorra blanca), tonteando con dos jóvenes turistas.
EXT. DISCOTECA - NOCHE

La cámara se aleja de la puerta exterior. Recorre el paseo marítimo, sigue entre el bullicio, se adentra en la arena. Enfoca brevemente la gorra blanca de SEBAS, caída sobre el suelo, al lado de una hamaca, a cuyo otro extremo se mueven varios cuerpos desnudos bajo la penumbra. La cámara no se detiene y sigue su curso hasta adentrarse en las olas del mar.
TERMINAN LOS CRÉDITOS
FUNDIDO A NEGRO.

 

 

EXT. PLAYA - DIA 

Luz desbordante. Cielo despejado. La cámara desciende hasta el mar, recorre la playa, que está llena de gente. Dos críos desnudos corren por la orilla y hacen saltar arena sobre la gorra blanca. La mano de SEBAS la agarra con desgana. Se levanta (siempre de espaldas) y camina hacia las  rocas. Él destaca entre los demás porque es el único que va vestido de pies a cabeza y su tez es blanca.
EXT. carretera - dIA

SEBAS salta las barreras de protección, atraviesa la vía del tren y se dispone a cruzar la carretera cuando un descapotable conducido por dos mujeres una rubia y la otra pelirroja, frena bruscamente frente a él.
Monique
(La chica pelirroja)
¡Tío Bueno! (con acento francés)
Sebas
Baja sus gafas oscuras con un dedo para mirarla con aspecto inmutable.
MONIQUE
Luego nos vemos, cabrón.
SEBAS
Se encoge de hombros. Le da un manotazo al descapotable y atraviesa la carretera sin mirar. Otro vehículo se ve obligado a frenar bruscamente para no atropellarlo.
Conductor 1
¡Quítate esas gafas y ponte las graduadas, mamón!

SEBAS no se inmuta. Termina de cruzar la calle. El vehículo vuelve a ponerse en marcha pero el descapotable se cruza por delante en un fuerte acelerón. SEBAS se gira para observar la maniobra. MONIQUE frena bruscamente y obliga al coche que la precede a realizar una peligrosa maniobra. Mira hacia atrás y saluda a SEBAS con ambas manos. SEBAS sonríe y le hace un ademán para indicarle que está loca. Ella se ríe a carcajadas, se gira y acelera de nuevo.
EXT. PASEO MARÍTIMO - DIA
Una pareja estrambótica, LUENGA y CHICO, ella con vestido y peinado elegantes, él con melena rizada e indumentaria hippy, acaban de despedirse de un tipo CANIJO, trajeado de blanco impecable, con una coleta que emerge por debajo de su sombrero de paja, y con una pronunciada cojera en la pierna izquierda. La curiosa pareja se cruza con SEBAS. CHICO se gira súbitamente y corre a tenderle la mano.
CHICO
¡Sebas! Tío, cuánto tiempo sin verte. Es mi amigo Sebas, saluda a mi amigo, Marta.
SEBAS
(Con cara de absoluta confusión acepta los besos de LUENGA)
¿Qué tal? ¿Cómo estáis?
LUENGA
Así que eres amigo de Mario. ¿De qué os conocíais?
SEBAS
(Pide ayuda a CHICO con la mirada)
Yo...

CHICO
Estudiamos juntos hace unos cuantos años... ¡Qué bien nos lo pasamos! ¿Verdad, Sebas? ¡Qué tiempos aquellos!
SEBAS
Lo cierto es que me parece...
CHICO
Pásate por casa cuando quieras. Vivo en el mismo sitio de siempre. Ya sabes.
SEBAS
(Cada vez más desorientado)
Ah, sí, sí..., claro.
LUENGA
¿Y qué estudiabais?
SEBAS
Pues...
CHICO
Sebas y yo nos presentamos a las pruebas para ser astronautas. A los dos nos encanta el espacio. ¿No es cierto?
SEBAS
Me parece a mí que...
CHICO
(Se le echa al cuello)
Dame un abrazo tío. Como me he alegrado de verte.
CHICO se abraza a LUENGA (su cabeza apenas sobrepasa la cintura de la chica. Sonrientes se alejan de SEBAS, que permanece unos segundos incapaz de reaccionar. Por fin, zarandea la cabeza y sigue caminando.
Dos individuos trajeados (SECCRETA1 Y SECRETA2) siguen de cerca a SEBAS. Súbitamente SECRETA1 se cruza frente a él y lo empuja hasta detrás de un chiringuito de helados. SECRETA2 vigila que nadie se acerque al mismo tiempo que trata de ocultar la escena interponiendo su cuerpo a las miradas de los curiosos.
Secreta1
¡Piratilla de mierda!
SEBAS
¿Y tú quién coño eres?

SECRETA1
Eso a ti no te importa. Primer aviso, pirata: no te acerques a las mujeres de los demás.
SEBAS
¿Y eso a qué viene?
SECRETA1
Las guiris de ayer eran nuestras.
SEBAS
¿Vuestras?
SECRETA1
Les habíamos pagado las copas y dos rallas.
SEBAS
¿Cuánto?
SECRETA1
Nos vale con cien.
SEBAS
Extrae dos billetes de cien euros del bolsillo de su camisa.
Es todo lo que llevo encima.
SECRETA1
Agarra los dos billetes y le coloca el dedo índice de su mano derecha en la frente, a modo de revolver.

Y la próxima vez fíjate bien antes de mojarla.

SECRETA1 le hace un gesto a SECRETA2 y ambos se dan media vuelta. Caminan hacia un coche negro que les aguarda encima del paseo.

SEBAS
Suspira y masculla entre dientes.

Serán hijos de puta.
InT. BAR la PONDEROSA - DIA
SEBAS se sienta al final de la barra. JOSS, el dueño se lo queda mirando y se le acerca con una sonrisa amistosa.

Joss
¿Qué vas a ser hoy, pirata?
SEBAS
Un agua... del grifo.
JOSS
Me refiero a si será rubia, morena...
SEBAS
Vamos. No seas así Joss. No te me pitorrees que no me como una rosca.
JOSS
¡Ya! Si no fuera porque estoy felizmente casado me conformaría con tus migajas.
SEBAS
¡Bah! Dame esa agua y deja de meterte conmigo. Por culpa tuya ahora todo el mundo me ha puesto el mote de "pirata". Yo sólo me divierto lo que puedo, y nada más. No me inventes historias de casanova. Joss,  que no voy por ahí por más que quisiera.
JOSS
Si ya. Cuéntaselo a los dos tíos que preguntaban por ti esta mañana. Estaban hasta las pelotas de que te lleves a las guiris mientras ellos no se comen nada.
SEBAS
Esos capullos me han dejado sin blanca.

JOSS
Por eso me pedías agua. Toma tu caña y ahora mismo te preparo un especial de la casa.
SEBAS
Te he dicho que no puedo pagarte.
JOSS
¿Eres mi amigo o no, Sebas?
SEBAS
Pues claro, coño.

JOSS
Entonces no hay más que hablar. Además me sirves de reclamo para los grumetes del fin de semana. No sabes cómo llegan a envidiarte. Especialmente por las guiris, pero también por tu sistema de vida.
SEBAS
¿Sistema de vida?
JOSS
Tu estilo de vida. No te hagas el sordo conmigo. Esos dos tipos trajeados me preguntaron si sabía cómo te ganabas la vida. No entienden cómo puedes pasarte semanas enteras, noche tras noche, ligando con las guiris, sin trabajar...
SEBAS
Por cierto: ¿Puedo hacer una llamada?
JOSS
Toma mi móvil y llama desde el comedor. No quiero enterarme de tus trapicheos.
SEBAS
Gracias, Joss. Te lo pagaré.
JOSS
Lo sé pirata, lo sé. Anda ve a llamar mientras te preparo el bocata.

CANIJO, el hombre trajeado de blanco, está sentado al principio de la barra del bar.
INT. salón comedor - dIA
SEBAS
(Por teléfono)
Hola, jefe. No, aún no me dan el alta. No, no acabo de curarme. Sí supongo que en unos días me restableceré por completo. ¿El aviso? ¿Tres telegramas? No... ¿Despedido? ¿Finiquito? Pero, joder, si estoy de baja. No puede hacerme esto, ¡Mierda! ¿Fotos? ¿Qué fotos? Me fui a la playa por prescripción facultativa. Se lo juro. No me llame mentiroso, no... ¿Qué me han puesto un detective privado? Será marrano. Y usted un... Será cabrón... Me ha colgado.
Vuelve a telefonear.
Al menos dígame cuando va a ingresarme el finiquito. ¿Esta misma mañana? Bien..., pero le aseguro que soy inocente, el médico me dio la baja por... ¡A la mierda! Ha vuelto a colgarme.
INT. habitación en pensión - dIA
SEBAS duerme a pierna suelta, desnudo sobre la cama, con la ventana abierta de par en par. Aporrean la puerta. SEBAS se levanta y abre la puerta. Son un hombre (PADRE) y su esposa, ambos con semblante enfadado.
Padre
¡Será guarro! ¡Gírate Susanna! No mires a este exhibicionista maleducado.

La mujer no obedece y lo observa de arriba a abajo.
SEBAS
¿Se puede saber por qué vienen a importunarme a estas horas de la mañana?

PADRE
¿A estas horas? Serás vago. Hijo mío, son cerca de las dos del mediodía. Las personas decentes a esta hora están comiendo o trabajando. No durmiendo desnudas y enseñando sus pelotas a los demás.
SEBAS agarra una toalla y se la enrolla alrededor de la cintura.
SEBAS
Lo siento. Hace mucho calor y no esperaba visitas.
PADRE
Bien, veo que al menos no eres un gallito. Te pido por las buenas que dejes de mostrarte desnudo ante nuestra hijita.
SEBAS
Yo..., no entiendo.
PADRE
La ventana, esa ventana, esa que da a la calle. Siempre está abierta.
SEBAS
El calor...
PADRE
Está justo frente al bloque en el que nosotros vivimos. Y nuestra hijita... ¿Qué hace asomada otra vez al balcón? ¡Au! Susanna, vete para casa y explícale a nuestra hija las cosas que no debe hacer una señorita.
La MADRE no obedece sino que sigue mirando fijamente a SEBAS.
SEBAS
¿Qué edad tiene su hijita?
PADRE
Treinta y dos, pero es una chica muy inocente todavía.
SEBAS
¿Y cuál es el problema?

Madre
¡Qué va a casarse! Mi hijita va a casarse la semana que viene.
SEBAS
¿Y?
MADRE
¿Te parece bonito que te vea así, desnudo, con el miembro viril al aire?
PADRE
Nuestra hija merece un respeto.
SebaS
Está bien, está bien. Tranquilos.
PADRE
¿Podemos confiar en ti?
SEBAS
¿Cuando dicen que se casa su "hijita"?

MADRE
De aquí a diez días.
SEBAS
Bien, trataré de acordarme y no deambular en pelotas hasta entonces.
PADRE
¿Prometido?
SEBAS
Asiente con la cabeza, al tiempo que cierra la puerta. Luego se dirige hacia la ventana y observa un balcón en el edificio de enfrente.
Ext. Balcón - dIA
Una chica permanece tumbada sobre una hamaca en el balcón. Toma el sol desnuda. Descubre que SEBAS la está observando y se pone en pie para brindarle una sonrisa y saludarlo con la mano.

INT. habitación en pensión - dIA
SEBAS se desembaraza de la toalla y se deja caer sobre la cama.
INT. TUGURIO - NOCHE

Durante las noches del fin de semana chisporroteaban los ligones mal educados por todas partes. Algunos de estos, completamente borrachos, se dedicaban a levantar las faldas de las turistas y a importunarlas con gritos y tocamientos.
La pareja de CHICO y LUENGA permanecen ensimismados el uno en el otro, sin percatarse de la presencia de SEBAS.
SEBAS
SEBAS, desde la barra, observa el ambiente con expresión de desagrado. Cruza la mirada con dos turistas,GUDRUM y KAREN, se sonríen, gira la cabeza y se dirige al CAMARERO1.
Esto es insoportable. Estamos dando una imagen penosa a esas guiris.
JORDI
Se lo tengo dicho al jefe: o cobra la entrada los fines de semana o algún día vamos a tener un disgusto.
SEBAS
Lo peor es que se os va la clientela que paga. Yo lo siento, pero me largo. Gracias por el cubata, Jordi.
JORDI
A mandar, pirata. Y acuérdate de presentarme a alguna guiri holandesa.
SEBAS
¿Para practicar el idioma?
JORDI
Eso, la lengua lo primero.

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contacto@silvestrehernandez.com

 

alienigena